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El primer emperador de ChinaQin Shihuang di fundó el Imperio chino y construyó la Gran Muralla. Siglos después de su muerte, el hallazgo de su ejército de guerreros de terracota hizo revivir la gloria de Qin. Dividida hasta entonces en diversos reinos, China se convirtió en un imperio unificado en el año 221 a.C. Zheng, un príncipe del interior del país, concluyó entonces victoriosamente una larga serie de guerras contra los demás principados, adueñándose de los territorios de las cuencas de los ríos Amarillo y Azul. Tras instalar su capital en la ciudad de Xianyang, en su región natal, Zheng adoptó el título de Shihuang di, «primer soberano augusto». En su ascenso tuvieron un papel fundamental tres de sus consejeros: Meng Tian, brillante general; Li Si, ideólogo del nuevo estado; y el eunuco Zhao Gao, tutor del hijo pequeño del emperador. La obra de Shihuang, una vez alcanzada la máxima dignidad, fue ingente, pero ha sido siempre vista con recelos por los historiadores chinos. Sus métodos de gobierno fueron a menudo poco escrupulosos e incluso despóticos. Así, creó un sistema de trabajo colectivo a base de convictos; cientos de miles de ellos fueron empleados en la construcción de palacios y obras públicas, con un terrible coste humano. Shihuang desencadenó asimismo una durísima persecución contra los intelectuales confucianos, víctimas del episodio conocido como la «quema de libros». Pero a la vez China debió a este emperador obras tan trascendentales como la primera construcción de la Gran Muralla, la creación de una red nacional de carreteras, la unificación de la escritura y del sistema de pesos y medidas, o la constitución de una administración unitaria, distribuida en treinta y seis provincias y más de mil distritos. Shihuang también dejó un legado artístico excepcional en el gigantesco mausoleo que hizo construir cerca de su capital, en Xi’an. Allí los arqueólogos descubrieron en los años setenta un conjunto de cerca de seis mil esculturas que representan a tamaño natural a los soldados que formaban su ejército, incluido su armamento, carros y caballos. Revive así ante nosotros todo un universo milenario, uno de los momentos más esplendorosos de la historia china.